¿Por qué es esencial una estructura basada en competencias de ICF para una sesión de coaching exitosa?
Cuando hablamos de sesiones de coaching, tanto en sesiones presenciales como a nivel virtual como es el caso de MyBeatCoach que ofrece esa opción en su servicio, la clave del éxito radica en cómo se estructura.
Y da igual si hablamos de una sesión al uso, consensuada con agenda, cuya duración oscila en una media entre 45 y 60 minutos, o cuando, en especial ahora en tiempos VUCA, donde cada segundo de tiempo es oro, la sesión en real time pueda durar menos tiempo. La estructuración a nivel conceptual es la clave.
Seguir una metodología basada en las competencias de la Federación Internacional de Coaching (ICF) no solo proporciona un marco, sino que garantiza que cada sesión se dirija a las necesidades específicas del cliente, facilitando el descubrimiento, profundización, y por tanto fomentar desde la concienciación la responsabilidad y por supuesto la acción a seguir. A continuación, exploramos por qué la estructura de la sesión, dividida en bloques alineados con las competencias de ICF, es fundamental para el éxito del proceso.
1. Establecimiento del Progreso y Gestión de Logros
Al inicio de la sesión, es vital poder tangibilizar el objetivo de la misma, el cual no debe ser intangible, sino tangible y específico. En caso de ser una sesión continuación de una anterior, se incluye en el inicio un repaso de los progresos realizados desde la sesión previa. Este primer bloque no es solo una cortesía, sino una herramienta clave para consolidar el aprendizaje. ¿Por qué es importante empezar aquí? Porque bien por fijar un objetivo, bien por reconocer los logros previos ayuda a construir confianza y motivación. El coaching se basa en el crecimiento continuo, y comenzar con una nota positiva refuerza la capacidad del cliente para avanzar.
2. Establecimiento del Objetivo de la Sesión
El objetivo de cada sesión debe estar claramente definido. Aquí es donde el coach y el cliente trabajan juntos para descubrir qué es lo que realmente desean lograr. Establecer este objetivo es crucial, ya que permite que la sesión tenga una dirección clara. La metodología de ICF nos guía para explorar el “qué” y el “por qué” detrás del objetivo. Preguntas como “¿Qué quieres conseguir?” y “¿Por qué es importante para ti?” ayudan a desentrañar la realidad del cliente y los desafíos que enfrenta. Sin un objetivo claro, la sesión corre el riesgo de volverse difusa, sin resultados tangibles. Esto a su vez, a nivel corporativo casa perfectamente con metodologías Agile, Lean, etc.. tan necesarias en departamentos como operaciones, ventas, etc.
3. Exploración Profunda
Una vez que se ha establecido el objetivo, es necesario profundizar. Aquí es donde el coach debe formular preguntas poderosas que lleven al cliente a reflexionar sobre su situación, emociones y sensaciones. Esta etapa es clave para desbloquear nuevas perspectivas y promover el autodescubrimiento. Es importante destacar que no se trata de dar respuestas, sino de facilitar un espacio donde el cliente pueda explorar sus propias soluciones. Preguntas como “¿Quién eres tú en esta situación?” o “¿Qué parte de ti necesita este cambio?” permiten una introspección que es esencial para avanzar de manera auténtica. Es vital que el coach, aun teniendo Skills que le pudieran llevar a querer indicar un consejo o acción, se centre en su papel de coach, y no de mentor, permitiendo que sea el coachee o cliente quien lidere sus propios pasos.
4. Planificación de Acciones
Llegado este punto, el cliente ya ha explorado en profundidad su situación y es el momento de planificar acciones concretas. Aquí radica la importancia de transformar el descubrimiento en acción, asegurando que el cliente no solo se quede en el plano de la reflexión, sino que también avance con pasos específicos. La competencia de ICF destaca la necesidad de llevar al cliente a un plan detallado: “¿Qué vas a hacer exactamente?”, “¿Cómo lo vas a lograr?”, “¿Cuándo vas a empezar?”. La planificación clara y concreta asegura que el cliente tenga un plan que pueda seguir, lo que es esencial para la rendición de cuentas y el éxito a largo plazo. Esto casa con metodologías como GROW (Goal, Reality, Options, What-When-How), por la cual el cliente o coachee se centrará en soluciones para su G (goal), y no en problemas (Reality), por medio de descubrir y planificar Opciones de acción (O), y sobre todo definiendo de forma Agile, Cuándo, Cómo y Dónde (W).
5. Cierre y Compromiso
Finalmente, la sesión debe cerrarse de manera que el cliente se sienta seguro de lo que ha descubierto y comprometido con los pasos que ha decidido tomar. En esta etapa, es esencial que el coach recapitule y vuelva a concienciar sobre los descubrimientos clave y pregunte: “¿Qué has aprendido hoy?” o “¿A qué te comprometes?” o “¿cuál es el primer paso que dijiste que vas a hacer?” Esto no solo refuerza los logros, sino que también asegura que el cliente salga con un compromiso claro y tangible sobre los próximos pasos a seguir, y lo más importante, esta confianza y empuje es la base sólida de ese bienestar laboral tan buscado.
My Beat Conclusión
MyBeatCoach se basa en esta metodología desde sus inicios. El equipo de coaches que forman parte del equipo no solo son coaches certificados, sino que son evaluados por la misma empresa en base a estas competencias ICF, debiendo demostrar que tanto en sesiones planificadas, como en tiempo real, siguen esta estructura sin fisuras. Asimismo, la IA que forma parte del servicio, está entrenada y actualizada diariamente basada en competencias, con un entreno realizado por expertos coaches corporativos, tanto a nivel one-to-one como grupales, de forma que siempre se asegure que la sesión de coaching no es “un oráculo” o “un buscador de soluciones”, sino un verdadero coach con metodología que potencie el talento y acción del empleado.
Seguir una estructura basada en las competencias de ICF no es una mera formalidad; es una herramienta esencial para asegurar el éxito de cada sesión de coaching. Desde el establecimiento de objetivos hasta la planificación de acciones concretas y el cierre con compromiso, cada bloque de la sesión tiene un propósito claro que garantiza que el cliente se beneficie al máximo. Solo a través de un proceso bien estructurado, guiado por preguntas poderosas y una exploración profunda, se pueden generar descubrimientos significativos que lleven al crecimiento y a la acción efectiva.